Jordi Guillumet es otro artista que busca el aislamiento en su trabajo, un estilo de performance muy singular que acoge en su seno los adornos de toda una colección de tipologias sociales. Guillumet se oculta en densos retratos construídos a base de decorados extravagantes, trajes, maquillaje y un actor camaleónico. El artista aplica su mano experta a construir sin ayuda una completa puesta en escena; es consumido por el prolongado proceso que conduce a la imagen final; se sumerge en el personaje que representa y crea, y continúa su agotadora travesía personal y artística con un laborioso proceso de impresión a base de goma bicromatada. La nitidez de la linea y el detalle, y la caracteristica compresión del espacio del ojo de la cámara, realista aunque no ocular, destila un sentido de lo fotográfico en la imagen final que, por otra parte, recuerda el pastel; es el resultado de la pigmentación cruda y del papel duro Arches.